La aparición de un quiste intracerebral de fosa posterior puede ser de difícil diagnóstico, sobre todo si no presenta las características comunes. Presentamos el caso de un niño nacido a término con crecimiento intrauterino retardado, con cardiopatía, fallo de medro y dificultad en la tomas con un quiste intracerebral de localización anterior al cerebelo y parcialmente supratentorial. Para el diagnóstico fue necesario la realización de ecografía tranfontanelar y Resonancia Magnética Nuclear. Entre los diagnósticos probables el quiste aracnoideo, la megacisterna y el quiste de la bolsa de Blake. Se trata un quiste de fosa craneal posterior de localización atípica, por su comunicación con el III ventrículo, la no presencia de actividad doppler, la indentación del cerebelo. El diagnóstico fue definitivamente de quiste aracnoideo.
Cystic lesions in the posterior fossa can be difficult to diagnose, especially if they do not present common features associated with them. We present a case of term, growth restricted infant with, cardiac anomalies, faltering growth and an intracerebral, partially supratentorial, cystic lesión anterior to the cerebellum. Cranial sonography and magnetic resonance imaging were required for the investigation of the lesión. Differential diagnoses were an arachnoid cyst, a megacistern or a Blake’s pouch cyst. The findings suggested an atypical intracranial cyst with possible communication to the third ventricle, absent flow on Doppler examination and indentation of the cerebellum. The diagnosis of an arachnoid cyst was confirmed on imaging.
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Introducción
L
a aparición de una colección de líquido intracere-
bral en un neonato puede resultar a veces difícil
catalogarlo. Sobre todo en los de localización en
fosa craneal posterior pues saber distinguirlos en base
a su imaginología es dificultoso ya que hay diferen-
cias sutiles entre ellos. Aunque lo más frecuente, son
el quiste aracnoideo y el síndrome de Dandy-Walker
y sus variantes, como la megacisterna magna y otras
variedades. Otras entidades como el quiste porence-
fálico, quiste dermoide, teratomas y el aneurisma del
seno venoso, hay que tenerlos en cuenta en el estudio
de un quiste intracerebral de fosa posterior.
El 1% de las masas intracraneales de la infancia son
quistes aracnoideos
(1)
. Estos quistes cerebrales pueden
ser primarios (congénitos) o secundarios (adquiridos).
Los congénitos son el resultado de un mal desarrollo de
la leptomeninge y no suelen comunicar con el espacio
subaracnoideo libremente. Los secundarios son debi-
dos a traumatismos, infecciones o hemorragia.
Los quistes aracnoideos, se localizan en las super-
ficies de los hemisferios en los puntos donde se locali-
zan las fisuras principales (silviana, rolándica o inter-
hemisférica), también en la región de la silla turca, la
fosa anterior y la fosa media, con menor frecuencia se
ven en la fosa posterior, la cisura interhemisférica y la
convexidad cerebral se encuentran también en el canal
raquídeo.
Los quistes de la línea media, particularmente aque-
llos de la región supraselar o cuadrigémina como los
de fosa posterior ocasionan a veces obstrucción de los
ventrículos y dan como resultado hidrocefalia. El festo-
neado óseo también aparece asociado a veces a ellos
y es debido al remodelado y adelgazamiento del hueso.
Los quistes aracnoideos grandes pueden ocasionar
ventriculomegalia gigante derivado de obstruir el agu-
jero de Monro o el acueducto en su porción posterior o
las cisternas basales.
Las asociaciones mas frecuentes del quiste arac-
noideo son la Trisomia del 18, Tetralogía de Fallot, la
neurofibromatosis y los tumores sacrococcígeos. En
el 70% de los casos los quiste aracnoideos son asin-
tomáticos, el resto puede ocasionar epilepsia , altera-
ciones sensitivas o motoras leves e hidrocefalia o ma-
crocefalia. Existen casos de regresión espontánea de
quistes aracnoideos
(2)
. Su evolución natural es variable,
regresan o aumentan de tamaño y la mayoría perma-
nece estable
(3)
.
El síndrome de Dandy-Walker (DWM) es una malfor-
mación quística descrita en 1914 por Dandy y Blac-
kfan y en 1924 por Walker y Taggart
(4)
. La malforma-
ción quística de la fosa craneal posterior se caracteriza
por hipo o aplasia del vermis cerebeloso, rotación an-
terocraneal del resto de vermis, dilatación quística del
cuarto ventrículo, desplazamiento del tentorio cerebe-
leso y agrandamiento de la fosa posterior.
Una variante del síndrome de DWM es el llamado
quiste de Blake-Pouch (BP) que hay que tenerlo en
cuenta cuando se hace un diagnóstico diferencial en
los quistes intracerebrales de fosa posterior
(5,6)
. Esta
variante esboza un quiste que anatómicamente es muy
parecido al quiste aracnoideo aunque desde el punto
de vista anatomo-clínico presenta algunas diferencias.
Primero se comunica con el IV ventrículo y suele pre-
sentar el agujero de Monro en su estructura a veces.
Segundo el plexo coroideo por proximidad anatómica
puede estar visible extra o intraquística. En tercer lugar,
se suele también asociar a indentación del plano cau-
domedial del cerebelo
(7,8,9)
.
La clínica del quiste de la bolsa de Blake no es
muy bien conocida pues esta entidad fue descrita en
1996. El espectro clínico varia desde que el paciente
esta asintomático a la presentación de hidrocefalia pre-
cozmente, o formas tardías adultas. Pueden aparecer
también epilepsia e incluso la muerte
(10)
.
Caso Clínico
Neonato de 37 semanas al nacimiento. Hijo de ma-
dre adolescente de 19 años, sin antecedentes perso-
nales, primípara con una placenta pequeña y oligoam-
nios, con retardo en el crecimiento intrauterino fetal. El
parto fue vaginal tras inducción. El test de Apgar fue de
9 al minuto y de 10 a los cinco minutos. No presentó di-
ficultad respiratoria ni otro evento inmediatamente des-
pués del nacimiento.
Durante su estancia en la maternidad se encontró hi-
potérmico e hipoglucémico por lo que se ingresó en la
unidad de cuidados intermedios neonatal. El paciente
permaneció estable desde el punto de vista cardiores-
piratorio, al inicio de su ingreso en la unidad. Aunque
con posterioridad apareció taquidisnea y se constató la
presencia de un soplo sistólico de alta intensidad. En
la ecocardiografía se encontraron signos compatibles
con Tetralogia de Fallot: hipertrofia biventricular, aca-
balgamiento de la aorta y comunicación interventricular
y estenosis pulmonar características.
Se inició tratamiento diurético, con buena respuesta
en el tiempo exceptuando un episodio aislado de vó-
mitos y deshidratación que se corrigió con la terapia
adecuada. Inicialmente tuvo dificultad en las tomas de
la fórmulas de inicio con pobre ganancia ponderal, es
por lo que se decidió introducir nutrición enteral, como
formula alimentaria, encontrándose tras la misma una
aceptable ganancia de peso. Durante las tomas orales
se encontró dificultad por problemas motores. No hubo
alteraciones hematológicas, metabólicas ni signos de
infección durante su ingreso exceptuando una conjun-
tivitis el segundo día que fue tratado con tratamiento
antibiótico tópico.
Desde el punto de vista neurológico no se apreció
ningún síntoma clínico anormal salvo su dificultad a la
alimentación. Sin embargo la ecografía transfontane-
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D
IAGNÓSTICO
DIFERENCIAL
DE
UN
QUISTE
INTRACEREBRAL
DE
LA
FOSA
CRANEAL
POSTERIOR
lar mostró una lesión quística sugestiva de quiste arac-
noideo posterior de localización superior al tentorio y
anterior al cerebelo Figura 1. Parece que la ecografía
localizó una comunicación del quiste con el sistema
ventricular, aunque esto no pudo ser confirmado por
RMN, Figuras 2 y 3. La Resonancia Magnética Nu-
clear (RMN) confirmón los resultados de estos hallaz-
gos de ultrasonido, Figura 4 y 5. El cribado fue normal
en el oído derecho pero anormal en el izquierdo. Ante la
sospecha de un síndrome genético está en estudio por
dismorfología. En síntesis es un varón con una cardio-
patía, quiste intracerebral y posible síndrome genético.
Con fallo de medro, a pesar de una suficiente ingesta
calórica. El neonato no presento signos de hidrocefa-
lia, alteraciones motoras compatibles con epilepsia ni
macrocefalia.
Figura 1: Corte cerebral mediosagital. La fleche indica
una lesión quística en conexión con el tercer ventrículo
que está situado encima del cerebelo en localización
posterocaudal con respecto al cuerpo calloso.
Figura 2: Visión mediosagital con localización más
lateralizada que ofrece una imagen amplia y clara de
las conexiones del quiste con las estructuras
anatómicas implicadas.
Figura 3: Ecografía craneal con un corte coronal de
cerebro. La flecha indica la lesión quística.
Figura 4: RMN corte sagital del quiste.
Figura 5: RMN con corte coronal del cerebro donde
se aprecia la lesión quística señalada con la flecha.
3rd ventricle
Corpus callosum
Cerebellum
callosum
Corpus callosum
3rd ventricle
3rd ventricle
Corpus callosum
Cerebellum
callosum
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Discusión
En el caso que presentamos, lo difícil es tipificar el
tipo de lesión. Inicialmente el síndrome de DWM puede
descartarse pues no presenta todos los componentes
que forman parte de este síndrome.
Por otro lado, el paciente presenta malformacio-
nes congénitas extracerebrales, que se asocian al sín-
drome de DWM, pero también están presentes en el
quiste aracnoideo. La gran dificultad de diagnóstico di-
ferencial en este caso, estriba en saber dilucidar si es-
tamos ante un quiste aracnoideo o bien en la variante
de Blake-Pouch del síndrome de DWM.
A los anteriores posibles diagnósticos hay que su-
mar el de la megacisterna magna que junto al quiste
aracnoideo, son colecciones de líquido muy caracterís-
ticos encontrados normalmente, en hallazgos casua-
les. No obstante no parece este último el diagnóstico
del caso presentado.
El quiste se localiza en parte en la fosa craneal pos-
terior aunque su parte media y superior es mas bien
supratentorial. (Figuras 4 y 5). El quiste de la bolsa de
Blake se descarta puesto que esta bolsa es de inicio
en el IV ventrículo, y la del caso que describimos pa-
rece tener comunicación con el III ventrículo lo que lo
hace mas compatible con quiste aracnoideo, (Figura 5).
Aunque esta colección quística comprime el cerebelo y
ocasiona indentación, su localización y comunicación
al sistema ventricular cerebral no es el característico del
quiste de la bolsa de Blake.
El quiste aracnoideo es el diagnóstico mas probable.
No obstante, en el diagnóstico diferencial habría que
incluir la megacisterna magna que tampoco lo parece
en su relación con el IV ventrículo y la región cuadrigé-
mina. También en el algoritmo diferencial podrían ser
causa de dicho proceso el quiste dermoide y el tera-
toma aunque por sus morfologías no coinciden con
el presente quiste. Una entidad, el aneurisma del seno
venoso, se puede descartar pues en nuestro análisis
con el doppler no encontramos actividad por lo que se
descarta, también porque no presentó otras malforma-
ciones típicas
(11)
.
Finalmente se llega a la conclusión de que se trata
de un quiste aracnoideo congénito, en un paciente con
malformaciones cardiacas, en estudio por un posible
síndrome genético. El quiste tiene una comunicación
con el III ventrículo que comprime el cerebelo pero no
ocasiona aún hidrocefalia. Es un caso clínico original
por su poca frecuencia de aparición con respecto a es-
tar ubicado en la fosa craneal posterior y localizado an-
terior al cerebelo y supratentorial parcialmente.
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