La esofagitis eosinofílica es una enfermedad de reciente descubrimiento y carácter emergente, íntimamente relacionada con las enfermedades atópicas. Se caracteriza por la infiltración de eosinófilos en la mucosa esofágica como consecuencia de una reacción antígeno-específica. En este artículo se revisan los datos epidemiológicos y la patogenia de dicho proceso.
Eosinophilic esophagitis is a recently recognized expanding disorder, closely associated with atopic disorders and characterized by antigen-driven eosinophil accumulation in the esophagus. We review the epidemiological data and disease pathogenesis.
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Volumen XXI Nº 1 Mayo 2014
Revisiones y
Actualizaciones
Mesa redonda de gastroenterología pediátrica
CII Reunión Científica de la SPAOYEX, Cáceres - Nov 2013
Esofagitis Eosinofilica.
Epidemiología y patogenia
Espín Jaime B., Rodríguez Martínez A., Salazar Quero J.C.,
Rubio Murillo M., Pizarro Martín A.
Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
UCG Pediatría. Hospital Universitario Infantil Virgen del Rocío.
Dir. Corresp.: beatriz.espin.sspa@juntadeandalucia.es
Resumen: La esofagitis eosinofílica es una enfermedad de reciente descubrimiento y carácter emergente,
íntimamente relacionada con las enfermedades atópicas. Se caracteriza por la infiltración de eo-
sinófilos en la mucosa esofágica como consecuencia de una reacción antígeno-específica. En
este artículo se revisan los datos epidemiológicos y la patogenia de dicho proceso.
Palabras clave: Esofagitis eosinofílica, epidemiología, patogenia
Abstract: Eosinophilic esophagitis is a recently recognized expanding disorder, closely associated with
atopic disorders and characterized by antigen-driven eosinophil accumulation in the esophagus.
We review the epidemiological data and disease pathogenesis
Key words: Eosinophilic esophagitis, epidemiology, Pathogenesis
Aceptado: 21-09-2013
Vox Paediatrica 2014; XXI(1):29-32
Introducción
La esofagitis eosinofílica (EEo) es una entidad clí-
nico patológica de reciente descubrimiento, de carác-
ter crónico y con una base inmunológica íntimamente
relacionada con las enfermedades alérgicas.
Fue Attwood en 1993 el que la describe por pri-
mera vez como un síndrome clínico-patológico inde-
pendiente de la gastroenteritis eosinofílica y de la enfer-
medad por reflujo gastroesofágico (RGE)
(1)
. Desde en-
tonces han ido surgiendo numerosas publicaciones en
relación a pacientes afectos de la misma que han posi-
bilitado un mayor conocimiento tanto de su patogenia
como de su historia natural, considerándose en la ac-
tualidad la forma más frecuente de presentación de los
llamados trastornos eosinofílicos primarios.
Epidemiología
La EEo es una enfermedad emergente, de tal forma
que si bien hace 10-15 años era una patología poco
común dentro de las que se manejaban en una con-
sulta de Gastroenterología Pediátrica, en la actualidad
es uno de los principales diagnósticos que uno debe
tener en cuenta ante niños con clínica de disfagia y/o
reflujo gastroesofágico.
A lo largo de los últimos 20 años han ido apare-
ciendo publicaciones con datos epidemiológicos de la
EEo que Soon y colaboradores han tratado de reunir y
analizar en un reciente meta-análisis
(2)
. A pesar de los
sesgos que ofrece el que la inmensa mayoría son es-
tudios retrospectivos, de muy diversas regiones, con
criterios y pautas de actuación diferentes según los dis-
tintos grupos, ofrece una primera aproximación sobre
la incidencia y prevalencia de la EEo en niños. Incluye
un total de 25 estudios, y efectúa una reflexión y aná-
lisis en base a periodos de tiempo, variables geográfi-
cas y relación con otras enfermedades de base inmu-
nológica.
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Si bien se refieren casos de todos los continentes
excepto el africano, las tasas de incidencia descritas en
la actualidad son muy variables dependiendo del país.
Oscilan desde 1,6 en Dinamarca
(3)
a 10 por 100,000 ni-
ños por año en Estados Unidos
(4)
. Del mismo modo, la
prevalencia varía según la región oscilando entre 0,2 en
Reino Unido
(5)
, 8,9 en Australia
(6)
y 43-52 por 100,000
niños en EEUU
(4,7)
. No hay datos sobre la incidencia y
prevalencia en España.
Varios autores analizan la evolución en el tiempo
(4,6,8,9)
,
refiriendo todos ellos que durante las últimas décadas,
tanto la incidencia como la prevalencia han aumentado
significativamente con un porcentaje de incremento
anual en torno a 12-17% y 56% respectivamente.
La EEo puede aparecer en cualquier raza, sexo o
edad, pero parece existir un claro predominio en los
varones (3:1), con una edad media al diagnostico que
oscila entre los 5,4 y 9,6 años, con más del 65% de los
casos desarrollados en la edad pediátrica.
(2,10)
El 50-60% de los pacientes tienen una historia previa
de atopia. La presencia de rinitis alérgica, sensibiliza-
ción a neumoalergenos o ambas oscila en torno a 24-
78% en adultos y 42-93% en niños, siendo frecuente la
polisensibilización
(10,11)
. Aproximadamente dos tercios
de los niños con EEo tienen pruebas cutáneas posi-
tivas a alérgenos alimentarios y/o respiratorios, desta-
cando como alimentos implicados con más frecuen-
cia la leche de vaca, el huevo, la soja y los frutos se-
cos. Entre los neumoalergenos destacan los ácaros del
polvo, el epitelio de perro y gato, el césped y el polen
(12)
.
Se ha especulado con una posible relación entre el
clima y la epidemiología ante los datos referidos por al-
gunos autores en los que se aprecia una mayor preva-
lencia en zonas de clima frío en EEUU respecto a otras
de clima más cálido
(13)
. Además parece que el diag-
nóstico de EEo puede presentar también variaciones
estacionales con picos de incidencia en el adulto en
primavera y verano
(14)
.
No debemos olvidar que los datos epidemiológi-
cos actuales pueden tener diferentes sesgos entre los
que destaca la variación en los criterios diagnósticos
y un mejor reconocimiento de la entidad como mues-
tra, por ejemplo, el estudio de DeBrosse
(8)
en el que
reexamina las biopsias realizadas desde 1992 a 1999
y pone de manifiesto que el 29% de los pacientes po-
dían ser diagnosticados de forma retrospectiva de EEo.
Además llama la atención sobre el notable aumento en
el número de biopsias realizadas en dicho periodo de
tiempo (hasta 40 veces más), si bien es cierto que el
porcentaje de las mismas catalogadas como de EEo
permanecía estable.
De la posible relación con otras enfermedades de
base inmune, la más estudiada ha sido la enfermedad
celíaca, estimándose la prevalencia global de EEo en
pacientes celíacos en torno a 2,3%
(15-19)
. Otras posibles
asociaciones se han referido con pacientes que han
sufrido un trasplante hepático, posiblemente derivado
del uso de tacrólimus con una prevalencia en ellos de
EEo entre 2,4% y 3%
(20,21)
y con la colitis ulcerosa en la
que se ha publicado una prevalencia de EEo del 8%.
(22)
Etiopatogenia.
De forma similar al eccema y al asma, la EEo es un
trastorno inmunológico, mediado predominantemente
por linfocitos T helper 2 (Th-2) como lo demuestra el
aumento de IL4, IL5, e Il 13, mastocitos y basófilos. Si
bien, inicialmente se dio el papel principal y se foca-
lizaron los estudios en el eosinófilo, hoy en día existe
cada vez más interés en el estudio de las células T que
inicialmente pasan por ser las responsables del reclu-
tamiento e infiltración de eosinófilos en la mucosa eso-
fágica
(23)
.
1º.Papel de los linfocitos T en la esofagitis eosinofílica
Los modelos experimentales murinos de EEo la han
definido como el resultado de una reacción inmune de
tipo celular frente a estímulos antigénicos en la que
desempeña un papel principal el linfocito Th2. Su esti-
mulación y posterior sensibilización se puede producir
por vía digestiva, con diferenciación de linfocitos T es-
pecíficos del sistema inmune asociado al tubo diges-
tivo (MALT) como respuesta a antígenos alimentarios
pero también por vía respiratoria y cutánea como pone
de manifiesto el modelo experimental murino de Mishra
mediante el que se consigue desarrollar una EEo en ra-
tones tras la exposición antigénica tanto en vías aéreas
superiores como epicutánea
(23,24)
.
De hecho, la sensibilización intranasal se considera
hoy en día mucho más potente que la intragastrica en
inducir eosinofilia esofágica, lo cual se relaciona con la
alta tasa de sensibilización a neumoalergenos presente
en estos pacientes.
Los linfocitos sensibilizados por cualquiera de estas
vías convergen en los folículos linfoides paraesofágicos
desde donde mediante la liberación de citoquinas ini-
cian el reclutamiento y activación de eosinófilos, po-
niendo en marcha el correspondiente reclutamiento ce-
lular y la inflamación esofágica
(23,25)
.
Un aspecto interesante es que los linfocitos sensibi-
lizados expresan diferentes marcadores y patrones de
distribución según sea su procedencia. Así, por ejem-
plo, aquellos que proceden del tubo digestivo expresan
?4?7 integrina mientras que los que se originan desde
el tejido linfoide nasal (NALT), tejido linfoide asociado a
trompa de Eustaquio (TALT) y tejido linfoide bronquial
(BALT) no, expresando en su lugar CLA-selectina y,
de forma variable, la integrina
?E?7
(23)
. Desde el punto
de vista diagnóstico y terapéutico, esta circunstancia
puede tener gran relevancia ya que plantearía la posibi-
lidad de centrar el tratamiento tópico en cada paciente
en el lugar donde se produce la inducción y que actúa
como motor del reclutamiento celular. Así aquellos ca-
sos en los que la sensibilización fuera vía respiratoria
quizás el empleo de corticoides en la zona nasofarín-
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gea y adenoidea puede ser más efectivo que su aplica-
ción en el epitelio esofágico.
Por último, recientemente se ha sugerido el papel
que el sistema inmune innato puede tener dejando
abierta la posibilidad de que potencialmente algunas
respuestas puedan ser antígeno independiente
(23,25)
.
2º.Papel de los eosinófilos en la esofagitis eosinofílica
Independientemente de la vía de sensibilización y su
lugar de inducción, el reclutamiento esofágico de los
linfocitos Th2 estimulará el reclutamiento de eosinófilos
de una forma antígeno-específica a través de la secre-
ción de citoquinas entre las que destacan la IL 5, la IL
13 y las eotaxinas
(1 y 3)
. Especialmente la primera es un
determinante critico de la generación de eosinofilos en
la médula ósea, regula el numero de eosinófilos perifé-
ricos y promociona la maduración local de los mismos.
La IL 13, entre otras acciones, es la responsable de
la cascada de los mediadores que llevan a la expre-
sión de la eotaxina 3, la cual es un potente quimioatra-
yente específico para eosinófilos a través del receptor
de quimiocinas CCR3 que expresan en su membrana.
Ratones deficientes en este receptor están protegidos
frente al desarrollo de EEo experimental
(23,25)
.
3º. Interacción entre eosinófilo y tejido esofágico
Aunque el diagnóstico de la EEo se basa en la den-
sidad de eosinofilos en la superficie mucosa, el reclu-
tamiento y la llegada de los mismos al esófago se pro-
duce a través de los vasos profundos a la submucosa,
desde donde de forma variable migran a la superficie.
Esta penetración de eosinófilos en el compartimento
epitelial es típicamente parcheada, siendo posible en-
contrar áreas en las que los eosinófilos forman agrega-
dos densos en capas profundas mientras que hay po-
cos distribuidos en el epitelio
(23)
. La eotaxina localizada
en la capa epitelial basal parece tener un papel regu-
lador en este proceso de migración siendo su interac-
ción con el CCR3 expresado en los eosinofilos la que
estimula el paso de los mismos al epitelio. Este fenó-
meno se sabe que es phdependiente de tal forma que
un medio ácido lo inhibe de forma potente
(26)
. El RGE
puede por tanto disminuir el reclutamiento epitelial ce-
lular mientras que el alcalino o el tratamiento con antiá-
cidos puede favorecer la eosinofilia epitelial
Ante estos hallazgos, ¿cuál puede ser la implicación
que el mayor uso de inhibidores de la bomba de pro-
tones tenga en el desarrollo de la EEo?. Mientras que
algunos autores sugieren que disminuyen la infiltración
eosinofilica en el esófago distal mediante la supresión
de la expresión de eotasina 3 en las células epitelia-
les, otros describen que la menor producción de ácido
gástrico aumenta la alergenicidad de las proteínas ali-
mentarias y favorece la sensibilización vía digestiva de
los linfocitos T.
En la EEo la acción citotóxica de los eosinófilos se re-
laciona directamente con los cambios histopatológicos
observados en la mucosa esofágica y parecen contri-
buir a los trastornos motores. Los eosinófilos pueden
actuar como células presentadoras de antígeno y tie-
nen capacidad para secretar citoquinas estimulantes
de los linfocitos (IL 2,4,6,10, y 12) pero principalmente
ejercen su función efectora mediante la liberación de
las moléculas contenidas en sus gránulos, muchas de
ellas de marcado carácter proinflamatorio, tales como
la proteína mayor básica (PMB) peroxidasa eosinofilica,
neurotoxina derivada del eosinófilo, proteína catiónica
eosinofílica y mediadores lipídicos (factor activador de
plaquetas, leucotrieno C4) que inducen la activación
del endotelio vascular, contribuyen a la disfunción ce-
lular e inducen una hiperplasia de la capa basal y una
remodelación subepitelial por depósitos de colágeno.
Estos dos últimos datos histológicos, incluso en ausen-
cia de eosinofilia esofágica, se consideran marcadores
diagnósticos indicativos de desgranulación eosinofilica
en compartimentos subepiteliales
(27,11)
.
Junto con la infiltración de eosinófilos existe además
un aumento en mastocitos en esófago. El producto de
dichas células activadas puede actuar de forma sinér-
gica con los mediadores de eosinófilos influenciando la
dismotiloidad, activaciones vía IgE y también pueden
contribuir a la remodelación tisular
(23)
.
Si bien el engrosamiento de la mucosa contribuye cla-
ramente a la aparición precoz de la disfunción peristál-
tica esofágica, también es posible que exacerbaciones
clínicas tales como disfagia aguda o impactación ali-
mentaria sean debidas a espasmos de musculatura lisa
tras la liberación de mediadores procedentes tanto del
eosinófilo como del mastocito. En analogía con el asma,
se podría sugerir que agonistas
?-adrenérgicos podrían
tratar estas agudizaciones y la deglución tópica de sal-
butamol o el uso de aminofilinas podrían aliviarlo
(23)
.
4º. Genética:
Existe una clara asociación familiar en esta entidad.
Por una parte cerca del 8-10% de los pacientes tie-
nen algún familiar también afecto de EEo e incluso se
describen familias enteras con dicha entidad
(28)
.Hoy en
día se sabe que existen factores genéticos que contri-
buyen a una mayor susceptibilidad para desarrollar la
EEo entre los que destacan variantes genéticas en el
gen de la eotaxina 3 (SNP 2496 T
?) y otras sustancias
implicadas en el proceso de diferenciación del linfocito
T (locus 5q22)
(25)
.
Por el momento, no se hace un uso clínico de las
alteraciones genéticas pero en un futuro podría ser la
llave para ayudar a diferenciar EEo de otras entidades
como por ejemplo el RGE.
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