Actualmente, la obesidad es uno de los problemas con mayor impacto sanitario en nuestra sociedad, y cuyo abordaje supone un reto para las instituciones sanitarias. Se está observando un aumento general de la prevalencia de obesidad y sobrepeso, más acusada en países con niveles socio económicos medios o altos. En los niños constituye un riesgo mayor por la fragilidad que existe en edades jóvenes y por la aparición precoz de comorbilidades asociadas a la enfermedad, y a la vez una oportunidad de poner medios para evitar que esa obesidad continúe en la edad adulta a la vez que se instauran unos correctos hábitos alimenticios y de actividad física.
En cuanto al manejo de esta patología siempre ha prevalecido la terapia individual frente a la grupal, al ser la más estudiada y rápida de instaurar. No obstante, se ha comprobado que este tipo de intervención no es efectiva a medio y largo plazo, al no conseguir mantener estable la disminución de peso conseguida. Los programas llevados a cabo en pacientes sometidos a terapias grupales multidisciplinares, si bien requieren la intervención de un grupo de profesionales multidisciplinar y un mayor control en la adherencia, vislumbran un futuro muy prometedor en el tratamiento de la obesidad.
Presentan resultados similares a la terapia individual en la pérdida de peso a corto plazo, pero de forma más mantenida en el tiempo al demostrar un cambio en la conducta previa. Además, suponen una disminución del uso de los recursos sanitarios globales.