El concepto de estatus asmático (SA) hace referencia a una exacerbación asmática aguda severa que no responde adecuadamente al tratamiento convencional optimizado y máximo, y que compromete o puede comprometer la vida. Las principales causas inmediatas de muerte son el síndrome de fuga aérea (neumotórax) y el shock cardiogénico por taponamiento. En la fisiopatología de SA intervienen la alteración de la ventilación-perfusión, aumento del espacio muerto, incremento del trabajo respiratorio y de la resistencia (hiperinsuflación dinámica) y alteración hemodinámica (shock cardiogénico por taponamiento cardiaco).
La escala más utilizada para valorar la gravedad de la crisis asmática es Pulmonary score. Los criterios de ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos son: signos y síntomas de dificultad respiratoria grave tras el tratamiento inicial, Saturación de O2 < 90 % con Fracción inpirada de O2 > 0,4, Presión parcial de CO2 > 45 mmHg y arritmias.
Los puntos clave del tratamiento del SA son la optimización del tratamiento convencional, utilización precoz de la ventilación no invasiva, y como última opción la ventilación mecánica, con el objetivo de reducir la hiperinsuflación dinámica, evitar volo-barotrauma e hipoventilación controlada (hipercapnia permisiva pH > 7,20). Una sedación efectiva durante la ventilación mecánica es crucial ya que disminuye el consumo de oxígeno y la producción de CO2 y asegura la sincronía paciente-ventilador. Cuando la PaCO2 vuelve a niveles normales, se debe suspender la paralización y reducir la sedación, para comenzar el proceso de retirada de la ventilación artificial. Si el paciente permanece consciente, con los signos vitales y el intercambio gaseoso estable durante 60-120 minutos de ventilación, debe ser extubado.