La crisis asmática constituye un motivo de consulta frecuente en los servicios de Urgencias pediátricas. El diagnóstico es clínico y no precisa pruebas complementarias de forma rutinaria. El manejo debe ser protocolizado y sistemático. Para ello es fundamental hacer una valoración objetiva de la gravedad de la crisis, utilizando como herramientas el Pulmonary Score y la pulsioximetría. Una vez clasificada la crisis como leve, moderada o grave, se iniciará el tratamiento indicado según las recomendaciones de las guías de práctica clínica. La base del tratamiento en todos los casos continúan siendo los broncodilatadores beta 2 adrenérgicos. Los corticoides sistémicos constituyen otro pilar de tratamiento en el caso de las crisis moderadas y graves. Entre los tratamientos de segunda línea para la crisis moderada-grave destaca el bromuro de ipratropio y el sulfato de magnesio, cuya efectividad solo se ha constatado en etapas precoces. Se debe prestar atención especial a los lactantes y a los pacientes con asma de riesgo vital, por su mayor riesgo de desarrollar crisis graves e insuficiencia respiratoria.
Asthma exacerbations constitute a reason for frequent consultation in pediatric emergency departments. The diagnosis is based on clinical findings and does not routinely need supplementary tests. The management must be protocoled and systematic. It is basic to make an objective assessment of the severity of the exacerbation by Pulmonary Score and pulsioximetry. Once the exacerbation is classified as mild, moderate or severe, it will be treated according to the recommendations of the clinical practice guidelines. The basis of treatment remains in all cases bronchodilator therapy with short acting beta 2 agonist. Systemic corticosteroids are also essential for management of moderate and severe exacerbations. Among second line treatments for moderate to severe crisis, we can highlight ipratropium bromide and magnesium sulfate, although their effectiveness is only proven when is used in early phases. Special attention must be paid to infants and patients with life-threatening asthma, as they are at higher risk to develop severe crisis or respiratory insufficiency.
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