Los movimientos migratorios actuales suponen una situación mundial sin precedentes, este fenómeno se ha denominado “crisis migratoria” en la última década. A nivel mundial 1 de cada 100 personas es migrante, de ellos 1 de cada 8 es un niño. Debido a la heterogeneidad cada vez mayor de esta población el Protocolo de Atención a Niños Inmigrantes (PANI) recomienda pruebas básicas comunes a todos los niños y otras específicas según las características y/o procedencia de los niños. La empatía y habilidades en la comunicación, la atención a la esfera psico-emocional y el desarrollo de actividades preventivas son objetivos básicos del pediatra que atiende a esta vulnerable población.