El maltrato infantil (MI) es un problema importante en la sociedad actual, con consecuencias nefastas en todas las etapas de la vida del niño, siendo los menores de 5 años los más vulnerables. Es importante que el pediatra no sólo reconozca y actúe ante el mismo, sino que la prevención debe ser un pilar importante desde la concepción, siendo imprescindible la formación tanto en actitud como en aptitud para evitar su infra diagnóstico.
Los centros de salud y educativos son lugares idóneos para aplicar medidas preventivas, existiendo cuatro niveles según la población diana a la que van dirigidas, los objetivos a conseguir y las medidas a aplicar. Dentro del maltrato prenatal y del recién nacido, hay que destacar el papel de la Consulta Prenatal en nuestros centros de salud. Por otra parte, es imprescindible realizar una búsqueda activa de los factores potenciadores y compensadores, ya que la disminución de los segundos es clave para el desarrollo de cualquier tipo de maltrato. En caso de sospecha debe ser siempre notificado a través de las hojas de notificación, acompañado o no de un parte de lesiones al Juzgado, y valoración de hospitalización del menor según sea el caso, quedando registrado en la historia clínica.
Una vez detectado el maltrato, desde la consulta de pediatría de atención primaria, se debe vigilar las de repercusiones del mismo en el menor, haciendo hincapié en la posible existencia del maltrato reiterado, típico en la edad infantil.
La Red de Vigilancia en Pediatría de Atención Primaria, PAP.en.RED, es una red de pediatras centinelas que se establece como un sistema de información, orientado a la vigilancia e investigación epidemiológica y está basada en la colaboración voluntaria de profesionales sanitarios de Atención Primaria, para el estudio de determinados problemas de salud. Hemos realizado 8 trabajos y los resultados se incluyen en un informe que se ubica en la página web de la Asociación Española de Pediatria de Atención Primaria y/o se publica en revistas y congresos: Accidentes en población infantil, Primera visita del recién nacido, Grandes prematuros, Gastroenteritis aguda bacteriana, Infecciones precoces por el virus varicela-zóster, Hiperfrecuentación en las consultas de atención primaria, estudio LAyDI sobre lactancia materna y Desarrollo Infantil y estudio COSACO sobre colonización por S.Aureus resistente a meticilina en niños sanos.
La ecografía se está instalando en la Atención Primaria (AP) como una herramientadiagnóstica más, que contribuye con sus ventajas e inconvenientes a aumentar la capacidad resolutiva del profesional de la AP. Los pediatras no debemos dejar pasar la oportunidad y deberíamos incluir, también, la ecografía en nuestro arsenal diagnóstico como apoyo a la sospecha clínica. Teniendo en cuenta la escasez, aún hoy, de publicaciones que traten el tema en profundidad, se plantea en este trabajo una revisión de la utilidad de la ecografía desde una experiencia propia durante 12 años con un ecógrafo portátil en una pediatría rural. Así podemos aproximarnos a un abanico de ámbitos anatomo-clínicos en los que la ecografía nos puede servir y que serían: patología abdominal, patología urológica, patología inguino-escrotal, patología ginecológica, ecografía del cuello, patología músculo-esquelética, ecografía de partes blandas, seguimiento de patologías ya diagnosticadas y como prueba de screening. En esta práctica diaria sehan encontrado una serie de limitaciones y dificultades que pasan fundamentalmentepor la presión asistencial por un lado y por la formación en ecografía y las limitaciones técnicas de los equipos por otro
El asma es la enfermedad crónica más prevalente de la infancia, con un pequeño porcentaje de formas graves, cuyo control es más difícil e incluso pone en riesgo la vida del paciente. Los conceptos de asma grave, de control difícil y de riesgo vital, están interrelacionados, pero no son sinónimos entre sí. El pediatra de Atención Primaria, primer eslabón asistencial, debe no solo diagnosticar el asma, establecer su gravedad e indicar y ajustar el tratamiento sino también participar en la educación de los pacientes y hacer una correcta derivación de aquellos que lo precisen. Dado que cualquier asmático puede llegar a tener un asma de riesgo vital, es esencial que el pediatra de Atención Primaria sea capaz de hacer un correcto seguimiento de los niños con asma. Esto implica conocer también los factores de riesgo asociados más frecuentemente al asma de riesgo vital, tanto los relacionados con los servicios sanitarios, como con el paciente y su entorno y la propia enfermedad. Un profundo conocimiento de estos aspectos le permitirá identificar adecuadamente a quienes deban etiquetarse como de probable asma de riesgo vital y actuar en consecuencia.
Desde la consulta de Pediatría de Atención Primaria puede llevarse a cabo una evaluación yuna aproximación diagnóstica adecuada de la mayoría de los trastornos nefrourológicos. En el caso de pacientes con proteinuria, una adecuada historia clínica y exploración física y unas herramientas diagnósticas básicas (material para la recogida de muestras de orina, pruebas de laboratorio y estudios de imagen de primera línea) pueden orientar este hallazgo y diferenciar pacientes cuyo manejo puede desarrollarse de forma ambulatoria de aquéllos otros que precisarán valoración en una unidad especializada.
A veces en los centros de atención primaria los facultativos deben enfrentarse a situaciones críticas y urgencias vitales. En estas ocasiones una atención inicial correcta y una derivación adecuada al centro hospitalario son determinantes para el pronóstico del paciente. Desarrollaremos, a partir de casos clínicos, el manejo extrahospitalario de distintas situaciones de shock y del estatus epiléptico en niños con el objetivo de que la formación continuada en dichas patologías críticas nos permita una mejor asistencia en estas situaciones.