El maltrato infantil (MI) es un problema importante en la sociedad actual, con consecuencias nefastas en todas las etapas de la vida del niño, siendo los menores de 5 años los más vulnerables. Es importante que el pediatra no sólo reconozca y actúe ante el mismo, sino que la prevención debe ser un pilar importante desde la concepción, siendo imprescindible la formación tanto en actitud como en aptitud para evitar su infra diagnóstico.
Los centros de salud y educativos son lugares idóneos para aplicar medidas preventivas, existiendo cuatro niveles según la población diana a la que van dirigidas, los objetivos a conseguir y las medidas a aplicar. Dentro del maltrato prenatal y del recién nacido, hay que destacar el papel de la Consulta Prenatal en nuestros centros de salud. Por otra parte, es imprescindible realizar una búsqueda activa de los factores potenciadores y compensadores, ya que la disminución de los segundos es clave para el desarrollo de cualquier tipo de maltrato. En caso de sospecha debe ser siempre notificado a través de las hojas de notificación, acompañado o no de un parte de lesiones al Juzgado, y valoración de hospitalización del menor según sea el caso, quedando registrado en la historia clínica.
Una vez detectado el maltrato, desde la consulta de pediatría de atención primaria, se debe vigilar las de repercusiones del mismo en el menor, haciendo hincapié en la posible existencia del maltrato reiterado, típico en la edad infantil.
La medición frecuente de la glucemia capilar es parte fundamental del tratamiento del paciente con diabetes mellitus tipo 1 (DM1). Sin embargo, su valoración mediante glucómetro no permite conocer la dirección o magnitud de las fluctuaciones. Los sistemas de monitorización de glucosa intersticial (sensores de glucosa), de implantación paulatinamente creciente, ofrecen dicha información, permiten configurar alarmas y facilitan tanto la toma de decisiones a tiempo real como el ajuste retrospectivo de la terapia. Asimismo, los sensores son un componente esencial de los sistemas integrados cuyo progresivo desarrollo se dirige hacia la consecución del asa cerrada o páncreas artificial. Una adecuada selección y formación de los pacientes candidatos es fundamental para optimizar el beneficio derivado de su uso.
En las últimas décadas ha habido un aumento en el uso de fármacos biológicos por los gastroenterólogos pediátricos debido a un aumento de la incidencia de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), un mayor conocimiento de su historia natural así como de las propiedades y efectos secundarios de estos fármacos.
Los objetivos del tratamiento en la enfermedad inflamatoria intestinal han cambiado a lo largo del tiempo. Si bien clásicamente se buscaba la remisión clínica y la recuperación del crecimiento, en la actualidad se aboga por la curación mucosa ya que puede ser la única forma de modificar la historia natural de la enfermedad y prevenir las complicaciones. Los únicos fármacos que hasta la fecha han demostrado poder conseguirlo son los fármacos anti factor de necrosis tumoral (antiTNF). Sin embargo no todos los pacientes los requieren para el control de la enfermedad.
Hemos realizado un estudio descriptivo de los pacientes pediátricos con EII en tratamiento con antiTNF en nuestro hospital para evaluar su eficacia y posibles efectos adversos. Los fármacos biológicos son los únicos que han demostrado eficacia para la curación mucosa a largo plazo en la EII pediátrica. Aunque en nuestra serie la eficacia ha sido elevada con escasos efectos adversos, precisamos de un seguimiento a más largo plazo para evaluar si realmente existe un cambio en la historia natural de la enfermedad de nuestros pacientes y qué hacer en caso de pérdida de respuesta a los antiTNF.
Los tumores abdominales suelen presentarse como una masa palpable. Para llegar al diagnóstico correcto, el pediatra debe obtener una anamnesis detallada y realizar una exploración física minuciosa, reflejando su localización, posible organodependencia y extensión. La sospecha clínica inicial puede confirmarse mediante una analítica dirigida y pruebas de imagen adecuadas. Si el paciente presenta un fenotipo peculiar, será de gran ayuda conocer los síndromes que predisponen a desarrollar tumores en esta localización en la infancia. Las características biológicas y citogenéticas del tumor junto con el estudio de extensión de la enfermedad orientarán al plan terapéutico más apropiado para el paciente y su pronóstico.
La ecografía se está instalando en la Atención Primaria (AP) como una herramientadiagnóstica más, que contribuye con sus ventajas e inconvenientes a aumentar la capacidad resolutiva del profesional de la AP. Los pediatras no debemos dejar pasar la oportunidad y deberíamos incluir, también, la ecografía en nuestro arsenal diagnóstico como apoyo a la sospecha clínica. Teniendo en cuenta la escasez, aún hoy, de publicaciones que traten el tema en profundidad, se plantea en este trabajo una revisión de la utilidad de la ecografía desde una experiencia propia durante 12 años con un ecógrafo portátil en una pediatría rural. Así podemos aproximarnos a un abanico de ámbitos anatomo-clínicos en los que la ecografía nos puede servir y que serían: patología abdominal, patología urológica, patología inguino-escrotal, patología ginecológica, ecografía del cuello, patología músculo-esquelética, ecografía de partes blandas, seguimiento de patologías ya diagnosticadas y como prueba de screening. En esta práctica diaria sehan encontrado una serie de limitaciones y dificultades que pasan fundamentalmentepor la presión asistencial por un lado y por la formación en ecografía y las limitaciones técnicas de los equipos por otro
Las intoxicaciones en pediatría son poco frecuentes. Suponen aproximadamente el 0,3% de las consultas de Urgencias. En la mayoría de los casos se trata de un contacto accidental.
Objetivo: Describir la epidemiología de intoxicaciones no intencionadas en pacientes ingresados en Observación en el periodo comprendido desde enero de 2012 a diciembre de 2014.
Método: Estudio descriptivo retrospectivo. Se incluyeron pacientes, de 0 a 14 años, que tras consultar en Urgencias por intoxicación accidental, requirieron ingreso en Observación.
Resultados: Ingresaron en Observación por intoxicación accidental 143 pacientes El 84 % consultó en las primeras 2 horas de exposición. Los fármacos supusieron el 55,5% de las intoxicaciones y los productos de limpieza el 40,6%. El 73,9% de los tóxicos estaba en su envase original Los medicamentos más frecuentes: benzodiacepinas (21%); antihipertensivos (14%), paracetamol (14%) y antidepresivos (8%).La exploración física fue anodina en el 74,8% de los casos, precisando el 73,4% pruebas complementarias.El 67,2% de los pacientes precisó intervención terapéutica, siendo la descontaminación gastrointestinal la más usada (50%)El 97% permanecieron en observación, solamente precisó ingreso en UCIP una paciente y no se registraron éxitus.
Conclusiones: Según nuestro estudio la mayor parte de las intoxicaciones se produjeron por fármacos propios de adultos como las benzodiacepinas y antihipertensivos. Destaca, según los resultados, que una consulta precoz minimiza las complicaciones graves y que aunque la exploración sea anodina esto no descarta el uso de pruebas complementarias ni tratamiento.
En este trabajo recapitulamos las diferentes alternativas terapéuticas ante una crisis hipertensiva diagnosticada en el niño. Presentamos de forma esquemática el manejo habitual de esta situación clínica, con las principales recomendaciones para iniciar su abordaje terapéutico de forma adecuada y teniendo en cuenta la necesidad de individualizar cada caso en función de las posibles causas, del grado de hipertensión y de la experiencia médica. Hacemos una revisión de las dosis de los diferentes fármacos antihipertensivos, su presentación y la pauta de administración más segura.
Antecedentes: La gastroenteritis aguda es una de las causas de ingreso hospitalario en la edad pediátrica. Cursa con diarrea autolimitada, su instauración suele ser rápida y su duración inferior a 15 días. La mayoría de los casos son de etiología viral y su transmisión fecal-oral o aérea.
Objetivos: Analizar las características epidemiológicas, etiológicas y clínicas de los casos ingresados en nuestro hospital durante un año.
Métodos: Estudio retrospectivo de historias clínicas de los menores de 14 años ingresados con diagnóstico de gastroenteritis aguda entre Mayo del 2010 y Mayo del 2011.
Resultados y conclusiones: La gastroenteritis aguda supuso el 14,4% de los ingresos, siendo la edad media 3,6 ± 3,4 años y el mes de mayor porcentaje de ingresos el de Febrero. Los vómitos fueron el motivo de consulta mas frecuente y la estancia media de 28 ± 21 horas. La etiología viral fue la más común (rotavirus, adenovirus) y entre los agentes bacterianos fue la salmonella enterítidis la que produjo mayor número de casos.
En conclusión: pocos son los casos de gastroenteritis aguda que requieren ingreso y este es poco prolongado. La detección de rotavirus y adenovirus tiene alta rentabilidad diagnóstica.